Nada mejor que salir de aquel enorme edificio en el que el chico asiático trabajaba, para poder respirar un poco del aire, cálido y húmedo debido al mar, pero después de todo era aire(?).
Su día había sido realmente fastidioso, pues la gente tenía dudas acerca del lugar cada cinco segundos, y él era la única persona a la que podía acudir. La razón: el austriaco estaba atendiendo otras cosas. Quizás el trabajo del día del europeo era más importante que atender las dudas de los huéspedes e ...
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